Ganador de varios premios en su trayectoria como el Impac 2010, el Llibreter o el Independent Foreign Fiction Prize 2013, el neerlandés explicó ayer, en el marco de la Semana del Libro en Catalán, que esta novela es la primera que escribió, hace 15 años, y es ahora cuando llega traducida al castellano y al catalán de la mano de Rayo Verde/Raig Verd, después de la buena acogida de otras dos obras suyas como «Todo está tranquilo arriba» y «Diez gansos blancos», traducidas a una veintena de idiomas.
Los porqués de Bakker
¿Por qué huye? ¿Por qué ni siquiera desvela su nombre ni se muestra receptiva con los llugareños?
Aunque estas cuestiones nos llaman la atención, no son lo más importante; el detalle imperceptible de Bakker esconden un significado profundo. Y ése es el que hay que descubrir.
La sutileza de Bakker
La delicadeza y el misterio de Emilie suscitan en el lector una necesidad por descubrir todo aquello que atormenta a la protagonista, quien ha decidido huir a una granja para vivir en soledad.
El misterio de las diez ocas de Bakker
En un paisaje aparentemente idílico se introduce una inquietante historia. El mundo es más de lo que vemos. Querremos encontrar todo lo que perturba esta aparente tranquilidad junto con la protagonista, un personaje complejo, cargado de heridas de las que no sabemos el origen y que poco a poco nos irá llevando hasta él.
Diez gansos blancos, una obra que debe ser experimentada directamente
Una obra cargada de simbolismo, de referencias a la obra de Dickinson y de una sutileza que acaba encandilando al lector, que además tratará de desentrañar los misterios que envuelven tanto al relato como a la protagonista.
Diez gansos blancos, un libro para disfrutar, pensar e imaginar
La prosa limpia de la narración de Bakker junto con el misterio del relato hacen de esta obra un placer para el lector. Además, no todo se cuenta, el autor nos deja a veces pensar, imaginar e inventar, que es una de las características que toda buena literatura debería tener.
De la ciudad al campo, el refugio de Gerbrand Bakker
[En Diez gansos blancos] Bakker no solamente se aleja de la urbanidad que caracteriza la narrativa contemporánea, no solo abandona cualquier referencia a la frenética y tecnologizada sociedad presente; Bakker borra cualquier rastro de la modernidad, para trasladar la narración a una granja donde el tiempo parece haberse detenido, donde la incomunicación, la oscuridad y la soledad conforman el paisaje.