El escritor escrito

El resultado es de una riqueza insólita y extraña, que quizá solo encuentre su sentido en el relato final, “Me gustaría (versión orquestal)”, presentado como un diálogo de los principales actores consigo mismos en cuanto escritores de este conjunto de relatos, y por supuesto de manera subliminal con la propia autora, y que se ofrece como una revisión final del propio libro, de su génesis e intenciones, llegando incluso a cuestionarse la pertinencia de su título y su justificación, y, sobre todo, cerrándose así el ciclo de la crónica familiar. De este modo, la autora ha logrado lo que su personaje expresa: “Se trata de conseguir un equilibrio entre lo cerebral y lo emocional —añade él—. Álgebra y fuego, como decía Borges”.