Los desafortunados es la obra más personal e íntima de B.S. Johnson. Fuera de los conceptos formales de la literatura, Johnson se redescubre como un escritor innovador y transformador.
Esta obra, descatalogada hace años, consiguió traspasar la mera palabra entendiendo contenido y continente como uno solo para hablar de uno de los grandes temas que preocupan al ser humano: la fragilidad de la vida.
Dispuesto en pliegos sueltos en una caja que se pueden leer desordenados porque son recuerdos (y los recuerdos llegan a la mente de forma desordenada) Johnson relata las vivencias de la enfermedad de su mejor amigo, que murió de cáncer demasiado joven. Esa disposición del texto, en esas páginas sueltas que uno no puede evitar coger como si se fueran a romper, nos introduce en la novela de inmediato, con la resolución misma que tenía su autor. La fragilidad del libro nos transporta dentro y la historia que relata y cómo la relata, con esa suerte de humor negro y esa capacidad de autocrítica, de verse a uno mismo como más importante que el mismo enfermo, nos revela el egoísmo y la subjetividad que siempre se mueve en algún rincón de las personas.
Decenas de pliegos sueltos en una caja, que pueden ser leídos sin un orden fijado. Como nuestros pensamientos y nuestros recuerdos, desordenados, inacabados, confusos, deformes… Una obra de arte dentro de una caja: el sueño de todo amante de los libros. Abrir la caja como un regalo.